Necesitamos Respuesta urgente a nuestro pedido de ayuda

Indignación, impotencia, rabia
Sí, soy una docente…pero para el estado soy una docente “de segunda”
Al igual que mis colegas, las que trabajamos educando la primera infancia. Las que somos los primeros referentes de los niños y niñas. Las que los guiamos en sus primeros pasos, estimulándolos y educándolos con los escasos recursos que este país nos pone a disposición, con el casi nulo acompañamiento pedagógico de quienes dicen “regularnos”.
Si, soy una docente de un jardín “particular, como si de particular tuviéramos que en lugar de vender zapatos, educamos personas. Porque ni siquiera un nombre digno podemos tener.
“No pertenecemos al sistema educativo”, según los dichos de la Sra Ministra Adriana Cantero. Como si nuestros alumnos y alumnas pertenecieran a otro mundo, a otro planeta, a otra civilización alejada. Dichos que causan angustia a quienes hace 70 días vemos como se desmoronan nuestros sueños, nuestras instituciones de mano de estados municipales, provinciales y nacionales, claramente ausentes.
Sí, soy una docente de un “jardincito”, dicho esto como si plantáramos rabanitos. Quizás por eso nos habilitan como comercios, pensarán que los vendemos. Pero no, ¿saben, estimados representantes del poder? les avisamos para que se enteren: EDUCAMOS PERSONAS. Tenemos un proyecto educativo, planificamos, nos capacitamos y nos hacemos responsables de aquello que ustedes no se están haciendo: nos ocupamos de educar a niños desde los 45 días hasta los 4 años. Pero parece que eso lo tienen bien en cuenta, cuando por no construir aulas ni dar cargos docentes nos utilizan para que educamos a los niños y niñas de salas de 4 años, que SÍ pertenecen a su sistema educativo, pero que no tienen cómo ni dónde incorporar. Igualmente les convenimos, cuando envían a sus estudiantes de profesorado a capacitarse en nuestros “jardincitos” ¡vaya a saber qué criterio manejan!…las mandan a practicar a “comercios”, quizás necesiten que les demos lecciones de cómo vender los rabanitos.
Sí, soy una docente… precarizada por el mismo Estado que “dice pensar en la infancia”. Porque nos obligan a cerrar las puertas al mismo tiempo que las escuelas, “siendo comercios” y nos impiden abrirlas, porque “somos educación”. Nos obligan a fundirnos, a dejar docentes sin trabajo y niños y niñas sin educación. Solo porque entre ustedes, señores del Estado, no se ponen de acuerdo si somos verdulerías o instituciones educativas.
Le preguntaría con todo respeto a la Sra. Ministra de educación: ¿usted está al tanto de la ley de educación? ¿De los derechos del niño? ¿De las convenciones internacionales? ¿Usted está al tanto que estamos inmersos en una pandemia? Por cierto, una situación excepcional que amerita que los funcionarios pagados con nuestros impuestos, se pongan a la altura ¿O pretende manejar esta situación cómo si siguiéramos viviendo en la misma sociedad que antes? ¿Usted está al tanto que docentes recibidas en sus profesorados están pidiendo bolsones de comida o vendiendo empanadas para subsistir?
Señores del Estado: prendan los televisores y las radios, lean y recorran, ustedes que pueden salir, y empápense un poco de realidad. Por una vez en la vida, pónganse a la altura de las circunstancias y del deber social que asumieron el día que juraron. Es el momento en que la Patria se lo demanda ¿se acuerdan de ese juramento?
Sí soy docente de un jardín particular…y esto cansada, hastiada y enojada. Hace 70 días que dicen que nos escuchan. Pero no escuchan, entretienen. Evidentemente para eso están bien capacitados. Mientras tanto, yo y mis colegas, las docentes “de segunda” vemos morir con lágrimas en los ojos, aquello que construimos, fruto de nuestro esfuerzo…solo porque quienes deben mirarnos, hacen la vista gorda, tirando la pelota a un lado y el otro de la cancha.


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